martes, 9 de diciembre de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN

Seguramente estaréis ya cansados de escuchar y leer por todas partes lo importante que es tener una alimentación equilibrada para mantener una vida saludable. De hecho, casi todos los anuncios publicitarios hacen referencia a la prevención de obesidad y bienestar físico; pero yo no os quiero aburrir aún más con eso, ya que la alimentación influye también en otros factores que para mí son más importantes que la estética o igual de importantes que la salud física.

A pesar de todos los intentos de sensibilización para una buena alimentación, sigue habiendo gente que se pregunta por qué a veces se encuentra mal sin motivo, está desganado o le cuesta concentrarse y muchas veces está de mal humor sin saber por qué, lo que hace que se acaben frustrando aún más.

Todo este tipo de síntomas están estrechamente ligados a nuestra salud, la cual se basa principalmente en las relaciones sociales y la alimentación.

Las relaciones sociales ayudan a tener un mejor autoconcepto y una autoestima positiva, pero lo que realmente nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos es la alimentación, ya que ésta no está relacionada sólo con problemas físicos, sino también con mentales y psicológicos.

Algunos de los factores que están más influenciados por la alimentación son la memoria y la capacidad de concentración debido a la necesidad de nuestro cerebro por determinados componentes naturales que le permiten poder ejercitarse e ir madurando adecuadamente; por eso, es necesario mantener una dieta equilibrada en la que no existan carencias o abusos de ciertos alimentos. Por ejemplo:

Una dieta donde se primen las grasas saturadas aumenta la producción de la proteína Beta-Amiloide que pueden promover la aparición del Alzheimer.

Los azúcares blancos son buenos hasta cierta medida, ya que el cerebro necesita glucosa para funcionar activamente, pero un exceso de los mismos puede producir nerviosismo e influir negativamente en la memoria y capacidad de concentración.

Es evidente que el alcohol perjudica seriamente a nuestro cerebro ya que hace, entre otras cosas, que dejen de producirse en el cerebro ciertas conexiones neuronales indispensables para fijar recuerdos, de ahí el origen de las famosas "lagunas" de una noche de fiesta.

Y las proteínas son necesarias para nuestro correcto funcionamiento y sobre todo para el desarrollo de nuestra masa muscular, pero un abuso de ellas, especialmente de las derivadas de carnes rojas y quesos curados, producen triptófanos y serotonina, excitando negativamente al sistema nervioso.




 Así que si queremos manener una buena vida es necesario alimentarse adecuadamente ingiriendo también vitaminas, hidratos de carbono y otros componentes como el calcio, hierro, fósforo... y no sólamente aquello que "nos gusta" porque, por si alguien lo ha olvidado, somos criaturas omnívoras, por mucho que nos empeñemos algunos en ser "carnívoros" o "herbívoros".





Además, os diré un pequeño y curioso secreto. Aunque exista gente que tiene unos gustos muy reducidos y por eso apenas comen variedad de alimentos, en realidad el ser humano ha desarrollado una capacidad de adaptación increíble, lo que le ayuda a adaptarse rápidamente a su entorno para sobrevivir; y el gusto no es una excepción. Si una persona empieza a comer progresivamente alimentos que en un principio no le gustan, con el tiempo su gusto se irá adaptando de manera que empezará a parecerle agradable al paladar y al final acabará gustándole. De hecho, algunas bebidas con la que suele ocurrir esto son con la cerveza o bitter Kas.

En esta línea puedo hablar desde mi propia experiencia. Desde pequeña siempre he aborrecido el queso. Su sabor amargo me producía náuseas cada vez que tocaba mis papilas gustativas cercanas a la campanilla y era incapaz de tragármelo, por lo que lo etiqueté como "alimento que no me gusta". Pero en el fondo yo sabía que el queso es bueno ya que proporciona principalmente proteínas, vitaminas y calcio; así que hice un esfuerzo y empecé a comerlo primero mezclado con otros alimentos como: pasta, empanadas, pizzas, perritos, ensaladas, membrillo... y su mezcla me empezó a resultar sabrosa. Continué así durante un tiempo hasta que decidí probarlo solo, y para mi sopresa ya no me producía la misma sensación que al principio, sino que me gustaba. Actualmente soy una apasionada de los quesos, mi favorito el de cabra.

Para terminar, me gustaría contaros las pequeñas ventajas que tiene una alimentación variada. Recordarlas porque son una de las claves de la felicidad:

- Mayor vitalidad y energía.
- Mayor fuerza y resistencia.
- Mayor memoria y concentración.
- Mejores reflejos, sensación y percepción.
- Mayor agilidad.
- Mejor estado de ánimo.
- Mejores defensas por el reforzamiento del sistema inmunológico.

Nuestro cuerpo necesita de todo para funcionar como es debido, así que no seáis crueles con vosotros mismos, que se disfruta más viviendo bien. Vida sólo hay una, no la malgastéis.