miércoles, 24 de octubre de 2018

POR CIERTO, NOS VIGILAN, ¿LO SABÍAS?

Es curioso ver cómo el desarrollo tecnológico nos ha permitido disfrutar de una vida mucho más cómoda e interconectada, pero a la vez nos ha ido quitando privacidad.
 Es decir, a medida que nuestra libertad, conocimiento y relaciones han ido aumentando, nuestra intimidad y vida privada se han visto perjudicadas casi sin darnos cuenta o, más bien, sin que nos importe demasiado.

Y os preguntaréis, ¿En qué te basas para pensar eso? Bueno, pues básicamente me baso, por un lado, en la lógica y, por otro lado, en hechos que han sido desvelados y demostrados.
La lógica me dice que, si nosotros tenemos acceso a casi cualquier información, sobre algo o alguien, gracias a la evolución tecnológica, ¿Por qué no lo va a tener también el Gobierno de nosotros?
Y, los hechos desvelados por Edward Snowden acerca de la vigilancia masiva, que están llevando a cabo los Gobiernos de diferentes países, no han hecho más que consolidar y corroborar mi lógica.


Pero, comencemos desde el principio para una mejor comprensión de la gravedad de este asunto, ya que el desarrollo tecnológico es un arma de doble filo, el cual, por un lado, nos beneficia como fuente de confort y conocimiento; pero, por otro lado, nos perjudica en nuestra calidad de vida personal.

Edward Snowden (21 de junio de 1983) es un ex-consultor de los servicios secretos estadounidenses que trabajó para la CIA y la NSA, y reveló los detalles de varios programas estadounidenses y británicos de vigilancia masiva. Como consecuencia de sus revelaciones, el 22 de junio de 2013, el Gobierno de EEUU lo acusó de espionaje, robo y utilización ilegal de bienes gubernamentales. Debido a esto, tuvo que huir del país y ocultarse, primero en Hong Kong y luego en Moscú, hasta que en el año 2014 le permitieron residir permanentemente en Rusia.

Gracias a Snowden y dos compañeros suyos, que también lo apoyaron en su labor, el mundo descubrió un secreto que los Gobiernos arrastraban desde la creación de los recursos tecnológicos necesarios para llevar a cabo sus planes de vigilancia masiva.

Si lugar a dudas, la creación de Internet fue un gran avance de facilitación de la vigilancia, ya que abrió muchas puertas para la creación de programas sofisticados, los cuales resultan más difíciles de detectar, a la vez que ofrecen más información acerca de cualquier ciudadano.
 Pero, antes de todo esto, los Gobiernos utilizaban toscos trabajos de albañilería para instalar cables y micros como técnicas de vigilancia, los cuales no siempre han resultado exitosos, como por ejemplo:

El caso Watergate, en Washington (EEUU), un asunto de espionaje político en 1972, donde se colocaron micros en las oficinas del partido Demócrata y desembocó en la dimisión del presidente Nixon.
O, el caso de los Fontaneros de Canard, en Francia, bajo la presidencia de George Pompidou en 1973, donde se descubrió un sistema de escuchas que habían colocado una decena de agentes de la DST (Dirección de la Vigilancia del Terrorismo), disfrazados de fontaneros.

A pesar de estos intentos de vigilancia fallidos, los Gobiernos nunca se han dado por vencidos, sino que han continuado con sus planes, desarrollando nuevos programas y técnicas, y estableciendo alianzas con agentes y empresas con un alto potencial de información almacenada.

Aunque, por supuesto, atentar contra la privacidad de cualquier persona es un acto ilegal, los Gobiernos siempre se las han apañado salirse con la suya. En este caso, los pretextos que utilizaron para que sus acciones secretas fuesen legales, incluso hasta hoy en día, y así llevarlas a cabo sin límite fue el Terrorismo, justificándose con frases como:

"El objetivo es instaurar un mundo más seguro. Es necesario estar informado sobre el riesgo que presentan las personas que entran en nuestro país" (James Lee, responsable de ChoicePoint, una empresa que lee ficheros para revenderlos a las autoridades estadounidenses).

Un ejemplo muy claro lo podemos encontrar durante la presidencia de George Bush, en EEUU, tras el atentado del 11-S, donde se aprobó una Ley antiterrorista llamada Patriot Act, que, en la teoría, permitía al Gobierno detener sin límite de tiempo y acusación a cualquier persona sospechosa de proyecto terrorista. Pero, en la práctica, autorizaba a los servicios de seguridad acceder a los datos informáticos, conservados por particulares y empresas, sin autorización previa y sin necesidad de informar a los usuarios.
Esta Ley fue sustituida el 15 de junio de 2015 por la Ley Freedom Act, que mantiene la mayoría de sus aspectos más importantes.

Y también podemos mencionar otro ejemplo, como es el caso de Francia, que también tiene la Ley Renseignemente, la cual le permite al Gobierno llevar a cabo prácticas de vigilancia masiva. Fue votada el 25 de junio de 2015, bajo el pretexto de lucha contra el terrorismo, a través de sistemas como PNCD (Plataforma Nacional de Análisis y Desciframiento de Códigos), que básicamente recoge y almacena de forma masiva datos personales.

Pero, si nos fijamos más detenidamente, en realidad todas estas leyes pisotean el derecho al anonimato y la vida privada de millones de personas, y son calificadas de "liberticidas" por numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos, que siguen luchando contra esta vigilancia masiva con mucha dificultad y casi sin éxtio.

Hasta aquí sabemos que existen agentes y sistemas de vigilancia masiva llevados a cabo por organismos del Gobierno de diferentes países, pero ¿Cuáles son esos organismos concretamente?

En EEUU se encuentra la NSA (Agencia Nacional de Seguridad), creada con el objetivo de mantener vigilada a la humanidad, recabando datos de todos ellos a través de más de 100 satélites espía clasificados como secreto de defensa, de programas de vigilancia y agentes aliados, principalmente, bajo el pretexto de prevenir el terrorismo, detectando a tiempo posibles amenazas.
Su primer programa secreto lo lanzó en 2007 bajo el nombre de PRISM, cuyo objetivo es vigilar todas las comunicaciones procedentes del extranjero que pasan por los servidores de EEUU.






En Reino Unido se encuentra la GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno), cuyo programa principal es el TEMPORA, encargado de espiar clandestinamente todas las comunicaciones que pasan por su país.





En Francia se encuentra la DGSE (Dirección General de Seguridad Exterior), formada el 2 de Abril de 1982 para reemplazar al ex-servicio de documentación exterior y de contraespionaje, y encargada de la responsabilidad de la búsqueda y explotación de la inteligencia.


Y, en España se encuentra la CNI (Centro Nacional de Inteligencia), encargado de facilitar al Presidente del Gobierno y al Gobierno de la Nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado.





Todos estos organismos, junto con otros de más países, no se pueden considerar como entes cerrados o aislados, ya que a lo largo del tiempo han establecido alianzas entre algunos de ellos para compartir información y expandir sus sistemas de vigilancia.

Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial EEUU y Reino Unido formaron una alianza llamada SIGINT, que era un sistema de origen electromagnético a través del cual espiaban comunicaciones de radio y ondas procedentes del enemigo. Actualmente, sigue vigente y lo utilizan para interceptar llamadas telefónicas y vigilar correos electrónicos y redes sociales.

Durante la Guerra Fría, ambos países incorporaron a Canadá, Australia y Nueva Zelanda a través del acuerdo UKUSA (Acuerdo de Comunicación de Inteligencia de Reino Unido y EEUU), con carácter multilateral de intercambio de información.

Y, en 1950 hasta la actualidad, estos países pusieron en marcha la RED ECHELON, un sistema mundial de interceptación de comunicaciones privadas y públicas que ha permanecido desconocido por la opinión pública más de 40 años, hasta que el 24 de febrero de 1999, The New York Times publicó un artículo que describía con detalle la existencia y funcionamiento del sistema.

Hoy en día, los programas de vigilancia de estos Organismos del Gobierno mantienen estrechos lazos con las principales empresas cibernéticas, denominadas GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft), las cuales comparten ciertos datos, sobre todo con EEUU, de todas las personas que tienen cuenta con ellos.

Esto último es un dato muy relevante, debido a que en la actualidad la mayoría de las personas tienen un cuenta de usuario con una o varias de estas empresas, y que, a través de permisos y cookies, les proporcionamos una cantidad inmensa de información personal acerca de nuestros datos, gustos, intereses y posición actual en la que nos encontramos sin apenas darnos cuenta. Por este motivo, nuestra privacidad es prácticamente nula, aunque nosotros nos sintamos seguros y protegidos en nuestras casas.

Podemos poner de ejemplo a GOOGLE, ya que es una de las empresas más poderosas de Internet, que cuenta con una gran diversidad de servicios a los que seguramente casi todo el mundo tenga una cuenta, como mínimo en alguno de sus servicios.

 Google es una compañía cuyo número de usuarios sobrepasa los 1.000 millones, y dispone de un número de sensores para espiar el comportamiento de cada usuario, de manera que:



- GOOGLE SEARCH le permite saber dónde se encuentra el internauta, lo que busca y en qué momento lo hace.
- GOOGLE CHROME es un megachivato que envía directamente a Alphabet (la empresa matriz de Google) todo lo que hace el usuario en materia de navegación.
- GOOGLE ANALYTICS elabora estadísticas muy precisas de las consultas de los internautas en la Red.
- GOOGLE PLUS recoge información complementaria y la mezcla.
- GMAIL Analiza la correspondencia intercambiada , lo cual revela mucho sobre el emisor y sus contactos.
- DNS (Domain Name System) analiza los sitios visitados.
- GOOGLE MAPS identifica el lugar en que nos encontramos, a dónde vamos, cuándo y por qué itinerario.
- ADWORDS sabe lo que queremos vender o promocionar.

Y, desde el momento en que encendemos nuestro Smartphone con Android, Google sabe inmediatamente dónde estamos y qué estamos haciendo.

De hecho, Snowden ha enseñado también, a través de pruebas, que la NSA tiene capacidad de activar a distancia los teléfonos móviles y los ordenadores (aunque estén apagados) y de transformarlos en dispositivos de escucha. Además, Terry Hayes afirma que el móvil que se lleva en el bolsillo se puede encender a distancia sin que nos demos cuenta. De este modo, se puede activar el micrófono que lleva integrado, pudiendo escucharse las conversaciones que tienen lugar en una habitación.

Así pues, para protegerse de esta intromisión, sólo hay que hacer una cosa:
"Quitar la batería del teléfono (en el caso de que se pueda, ya que en los Iphones no se puede) y meterlo en un frigorífico".

Es verdad que nadie nos obliga a recurrir a Google, pero cuando lo hacemos, Google sabe todo de nosotros; y, según Julia Assange, inmediatamente informa de ello a las autoridades estadounidenses.

En definitiva, el auge de internet y de las nuevas redes electrónicas ofrece actualmente a los principales servicios estatales de escucha de las comunicaciones: la NSA en EEUU, la GCHQ en Reino Unido, la DGSE en Francia y la CNI en España; una inesperada ocasión para instaurar fácilmente una vigilancia sistemática y generalizada de todas las protestas políticas y sociales.

Incluso, los objetos más inofensivos que llevamos en la cartera, como pueden ser el DNI (Documento Nacional de Identidad), la tarjeta de crédito o las tarjetas de fidelidad de los supermercados, contienen chips de identificación de radiofrecuencia (RFID), a través de los cuales, cuando se usan se descubre automáticamente nuestro perfil de consumidor.

Así que ya sabéis, si por algún casual teníais dudas acerca de vuestra intimidad y privacidad personal, esta entrada deja clara la realidad actual que nos acontece como consecuencia del desarrollo tecnológico. Los Gobiernos se justifican ofreciéndonos más seguridad y protección, y de eso no tengo la menor duda, pero nunca hacen nada por mero altruismo. En esta caso, se llevan tu vida privada a cambio.

¿OS PARECE UN BUEN INTERCAMBIO? 
Ninguna respuesta es más verdadera que otra, ya que todo depende del punto de vista con el que se mire.

¿TIENES ALGO QUE OCULTAR?
Si es así, entonces teme porque seguramente ya lo sepan, y si es de su interés, ya estarás siendo vigilado.



Fuente: RAMONET, I. (2016): El Imperio de la Vigilancia.